
El futuro gobierno de Colombia debe enfrentar retos en el
área ambiental en el período 2010-2014. En esta tercera entrada de mis escritos titulados Agenda
Ambiental se exploran cinco temas considerados como los más importantes y se elucida
lo que significa para el medioambiente y la sostenibilidad (en su sentido
profundo) la elección del Sr. Santos como futuro presidente del país. ¿Cuáles
son los grandes retos ambientales que enfrenta el Sr. Santos en este campo en
los próximos 4 años? ¿Cómo su política puede solucionarlos? ¿Cómo pronosticamos
su desempeño? Con este pequeño texto hago sigo mi contribución al tema.
BIODIVERSIDAD
Áreas de Conservación
Desde los días de su campaña electoral, el Sr. Santos se
refería a la conservación como uno de los principales temas cruciales para
promover el medioambiente en Colombia. Dentro de sus ideas se encontraban el
dejar el Amazonas como está, sin intervención humana. Sin embargo, el marco administrativo
de la conservación no es el mejor en el país. Muchas de las áreas que lo
practican se concentran en las áreas de conservación manejadas por el sistema
de Parques Nacionales Naturales (PNNs). Por experiencia propia y basándome en
evaluaciones de gestión del SINA y el SIAC, sabemos hoy que el 90% de los PNNs
en el país no son controlados como debe ser. Con un área cercana al 10% del
país, esto es incongruente con una política de control de territorio que el
gobierno de Álvaro Uribe ha promovido por un tiempo y que este futuro gobiernos
espera continuar.
Es curioso que muchos de los problemas de los PNN tengan
relación directa con los cultivos ilícitos, uno de los problemas sociales que se
ha tomado como prioridad gubernamental. En Nariño y el Cauca, por ejemplo, la guerrilla,
que tiene control todavía de gran parte de la producción de estupefacientes (no
olvidemos que Colombia todavía produce el 70% de la cocaína mundial), se mueve
con total libertad en muchas zonas selváticas que entran dentro de la administración
de Sanquianga y Munchique. El problema de los PNN no es abordado por un
programa cuyo principal elemento es dejar las áreas de conservación 'solitas'. En
este sentido, a todo político le quedaría fácil proteger la Amazonía o las
junglas del Chocó, Cauca y Nariño, porque en la selva no vive nadie, la selva
tiene suelos pobres, madera que no sirve, y en general, no tiene nada de
utilidad humana, a pesar de que los brasileños han sabido tomar provecho de eso
convirtiendo la jungla en agroecosistemas de caña y soya. Decir que proteger la
Amazonía es una política ambiental es lo mismo que decir nada, y contradice una
de las áreas fuerte del gobierno actual, la seguridad. Aunque el estatus quo no
es deseable, menos lo sería si al Sr. Santos se le ocurre tener la ambición de
hacer lo mismo que Brasil.
El paradigma que a la naturaleza hay que dejarla sola
para conservarla está pasada de moda, pues una gestión administrativa de los
PNN debe ser implementada para proteger la integridad ecosistémica de estas
áreas. No sólo el dominio de la guerrilla, sino la deforestación, la conversión
de ecosistemas para producción agrícola, el deterioro de los caudales de agua,
la urbanización desbordada de Colombia, entre otros problemas, deben ser
abordados a fondo para proteger las áreas de riqueza ecológica identificadas
por los PNNs. Un tema relevante a los PNN y que incomoda al gobierno actual es
el tema financiero y administrativo de los PNN. El deseo gubernamental siempre
ha sido que los turistas gringos y Europeos vengan y se gasten la plata
viajando por Colombia. Sin embargo, el gobierno no invierte en construir
infraestructuras turísticas. Tomemos el caso de uno de las áreas más famosas de
Colombia en el área ecoturística: el parque Tayrona. El camino de boñiga de
mula y caballo del Parque no ha sido abordado por el gobierno. Ahora bien, no
es mi intención promover su pavimentación, pues sería como si apoyara una
avenida magnífica a través del Darién. Estoy seguro que hay formas de hacer el
parque accesible sin impactar la fauna y la flora, como por ejemplo,
construyendo plataformas flotantes de madera para tránsito turístico como lo
hacen en algunos parques en la región cafetera, entre muchas otras
posibilidades. El apoyo al turismo nacional se debe reflejar en acciones
puntuales para mejorar la infraestructura de los parques y áreas de interés, y
hacerlo de una forma sostenible, como por ejemplo, construir infraestructuras
de bajo impacto, cooperar con la población local, apoyar el transporte masivo por
encima del individual, y demás acciones a favor del medioambiente y la
biodiversidad.
Suelos
& Bosques
Los bosques han sido transformados en Colombia desde
tiempos inmemorables. El caso del bosque de niebla Andino es particular. Es el área
geográfica de mayor importancia para la población debido a que en ella se
concentran la urbanización y la agricultura del país. Muchas veces el gobierno colombiano
(desde los 70 hasta hoy) ha manifestado su interés de reforestar las áreas desforestadas
del país para reactivar la productividad del suelo. Aunque esta no ha sido una
intención directa del programa de Sr. Santos, en muchas ocasiones el gobierno actual
ha manifestado llevar a cabo esta idea, y no es descabellado pensar que el futuro
gobierno podría emular esta medida. Sin embargo, concentrar una política del
manejo de bosques en el simple hecho de reforestar zonas deforestadas es
simplificar un problema muy complejo.
La reforestación es necesaria para atacar la degradación
del suelo producida por la erosión, que usualmente está ligada a una condición
post-agrícola, minera o urbana. Pero la reforestación en sí no aborda las
causas de la deforestación, es decir, la transformación de los ecosistemas en
sistemas agrícolas, mineros o urbanos. El asunto en cuestión son las distintas
actividades agrícolas e industriales que deben ser transformadas a través de
una política ecosistémica, es decir, una que integre valores ecológicos y
humanos. Algunos de los elementos de un uso de suelo sostenible que no se
menciona son, por ejemplo, la diversificación del cultivo, el uso eficiente de
agua, la prohibición de grandes extensiones de monocultivo, entre muchas otras
acciones que en verdad abordan las causas de fondo de la deforestación.

Hay una faceta particular con respecto al manejo del
suelo y es el de la jurisdicción. Cuando el suelo no es público, es poco lo que
puede hacer el gobierno en protegerlo. Si el gobierno no tiene instrumentos
legales para incentivar un manejo sostenible del suelo, una política de
reforestación va a acabar donde se acaban los PNNs. Debería hacerse una
prioridad para el nuevo gobierno generar un cambio integral de la política
forestal y de suelos del país, y el gobierno debe hacer políticas que
trasciendan esa responsabilidad hacia otras áreas jurisdiccionales.
Otra faceta particular con respecto a la reforestación es
que se debe hacer de acuerdo a principios ambientales. Uno de estos principios
es el de plantar especies nativas para recuperar los ecosistemas. Hay una
diferencia muy grande entre plantar árboles que crezcan rápido y plantar
árboles nativos para la naturalización de los ecosistemas. En Colombia se han
plantado desde siempre árboles de eucaliptos que trajeron los colonos desde
España. Una política de reforestación sin estos principios puede seguir
plantando eucaliptos, o palma africana, o cualquier otra especie no-nativa, y aparentar
ser 'verde'. Las consecuencias de esto son obvias. Inclusive hoy se proyecta
que el bosque de niebla andino podría desaparecer en 20 años.
Aunque muchos puntos del programa de gobierno del Sr.
Santos omiten estos temas, esperamos que el Sr. Santos tome este período
presidencial como una oportunidad para abordar estos problemas de manera amplia
y profunda.
(c) Ambientalesco
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