El futuro gobierno de Colombia debe enfrentar retos en el
área ambiental en el período 2010-2014. Esta es la cuarta entrada de mis escritos
titulados Agenda Ambiental donde exploro cinco temas que considero los más
importantes en el campo medioambiental en Colombia. Espero con estas
contribuciones ayuden a elucidar lo que significa para el medioambiente y la
sostenibilidad (en su sentido profundo) la elección del Sr. Santos como futuro
presidente del país.
¿Cuáles son los grandes retos ambientales que enfrenta el
Sr. Santos en este campo en los próximos 4 años? ¿Cómo su política puede
solucionarlos? ¿Cómo pronosticamos su desempeño? Con este pequeño texto pretendo
responder algunas de estas inquietudes.

INSTITUCIÓN
Y LEGISLACIÓN
Ministerio
No es por nostalgia burocrática, pero en verdad extraño
el Ministerio del Ambiente (MA). Lo extraño porque el MA es uno de los legados más grandes que la
constitución del 91 le ha dado al país, y es a partir de ese momento que el
medio ambiente en Colombia se empezó a tomar en serio. Y no lo digo porque prefiero
un ente burocrático a otros elementos de la legislación del 91, que ayudó a la
pluralización de la política del país y demás logros importantes. Lo digo
porque el MA por lo menos jugaba un papel institucional importante para la
coordinación de esfuerzos nacionales, regionales y locales en torno al medio
ambiente. Con el MA en acción, se elaboraron muchas iniciativas legales para la
protección del medio ambiente, tanto que a finales de los años 90 éramos el
país número uno en Latinoamérica en términos de legislación ambiental. Con la
entrada del Sr. Uribe a la presidencia, el ministerio del ambiente se convirtió
en sub-ministerio y se fusionó con otros ministerios para convertirse en el
Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial (MAVDT). En el MAVDT ha
habido un conflicto muy serio de intereses en los últimos 8 años. Primero hay
un problema de presupuesto, pues el más fácil cortar un 'árbol y comprar
concreto para construir casas e infraestructura que, por ejemplo, hacer comités
nacionales de consulta para revisar y fortalecer la legislación ambiental, que financiar
a la policía ambiental para que haga cumplir la ley, que invertir en los
Parques Nacionales. Las intenciones del gobierno saliente de saltarse la Ley de
Páramos para promover la extracción de carbón, y la Ley de Bosque para promover
la explotación de madera a nivel industrial, ambas iniciativas que
afortunadamente se estacaron en el Congreso, hacen ver que el MAVDT no es más
que un rincón de tinterillos sin autonomía política. Por eso, uno de los retos
del futuro gobierno es rescatar el MA y fortalecer la política ambiental. Esto
se debe hacer no fragmentando las instituciones, sino que las decisiones del
país se deben hacer a través de un pluralismo institucional, estableciendo, por
ejemplo, comisiones inter-ministeriales para la toma de decisiones importantes
que conciernen a varios ministerios, entre muchas otras oportunidades en el campo
político para la coordinación institucional. Sin embargo, el Sr. Santos fue el
único candidato que no se refirió al tema del ministerio en su campaña
presidencial, por lo tanto, esperamos muy poco de él en este tema.
Legislación
Rescatar la institución del MA debe ser tan sólo un paso
en el fortalecimiento del área de gestión ambiental en Colombia. En el área
legislativa, por ejemplo, Colombia es un país que necesita una perspectiva
diferente en lo que concierne al daño ambiental, y esta visión se promueve
desde las más altas instancias de la política del país. Ha sido la intención del
gobierno saliente y muchos otros atrás de mitigar el daño ambiental con la
implementación de multas a empresas o entidades que deterioren el medio
ambiente. En muchas instancias, esto quiere decir que al gobierno no le importa
el daño y que las compañías causan y que además estas pueden salirse con las
suyas al tener con qué pagar. Inclusive en países como EE.UU legislaciones como
el Clean Air Act (Ley de Aire Limpio) y el Clean Water Act (Ley de Agua
Limpia), la mitigación financiera es limitada, y en los casos que se aplica es
de tal tamaño que muchas empresas simplemente no se arriesgan a cometer daños
ambientales. En el país, el caso de los páramos es crucial. Por más que las
empresas de carbón paguen por el daño ambiental que pueden causar a este
ecosistema, del cual apenas nos queda el 20% original, es imposible que el
ecosistema se recupere luego de una actividad tan intensa como la minería. Considerando
que los páramos es la zona donde muchos ríos inician su caudal, ríos que a su
vez proveen el agua que consume el 60% de la población, no es descabellado
afirmar que con los páramos no se debe jugar de esta manera.

Una parte de la legislación ambiental en el país se relación
con el área de Estudios de Impacto Ambiental (EIA). Los EIA son requerimientos
legales que deben existir antes de que un proyecto se lleve a cabo, y que complementan
grandes proyectos de desarrollo al coordinar su proceso con la ley ambiental
existente para hacerlos en verdad sostenibles y evitar daños irreversibles en
los recursos del país. A pesar de ello, la legislación de EIA del país no
funciona como debería, pues elementos básicos de cualquier EIA, como la
consulta social, el análisis de efectos cumulativos, metodologías de monitoreo,
y alternativas de desarrollo, entre muchas otras, no se llevan a cabo porque la
ley no lo exige. Sin embargo, reconozco que el Sr. Santos no se refirió nunca
al tema de la ley ambiental y de los EIA en su campaña, por eso sería un
milagro si alguna vez su gobierno se dedica a solucionar estos temas.
El futuro gobierno debe tener una visión ambiental clara
de lo que se quiere en el país. La legislación ambiental no debe surgir
circunstancialmente para solucionar problemas inmediatos. Si la sostenibilidad
es una visión del futuro a largo plazo, la política ambiental debe entenderse
como una visión a largo plazo. Por ello, el desarrollo económico del país, el
desempeño empresarial y los proyectos de infraestructura y explotación, deben
enmarcarse en una visión sostenible y ambientalmente correcta donde el modelo
clásico de desarrollo pueda ser reemplazado por consideraciones ambientales de
fondo, algo que a su vez generaría empleos diversos y una dirección diferente
al desarrollo tradicional, como el de EE.UU y China.
Esperaremos que el Sr. Santos tome estas consideraciones
a fondo y que sepa responder, y de paso, nos sorprenda.
(c) Ambientalesco
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